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Traducción del artículo publicado en Revista Elhuyar (no. 335, septiembre 2019).
Itziar Aretxaga Méndez es investigadora del Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica de México. Estudia la formación y evolución de galaxias, supernovas, etc., con el Gran Telescopio Milimétrico situado a 4.600 metros sobre el nivel del mar. Está cerca del cielo, y trabaja mirando al cielo, pero en su tiempo libre le encanta sumergirse bajo el mar.
Siente tranquilidad absoluta y paz bajo el agua y ahí se le olvidan todos los problemas. «Sin peso y en silencio, sólo escuchas tu respiración, y viendo ante los ojos una naturaleza tan maravillosa, es fácil concentrarte y sentirte parte de esa belleza», dice Itziar.
Ha descubierto cerca de mil galaxias y se ha sumergido casi tantas veces bajo el agua. Lleva diecisiete años explorando ese universo subacuático. Empezó a trabajar voluntariamente desde casi el principio en una asociación de cuidado del medio ambiente, identificando y contando peces. Para ello compró, precisamente, una cámara de fotos, y poco a poco se fue introduciendo en el mundo de la fotografía submarina. Sin embargo, no se considera fotógrafa, sino buceadora.
Cerca de su casa están los arrecifes de coral de Veracruz, a donde va muchos fines de semana. «Son muy interesantes estos arrecifes porque están situados en una corriente circular dentro del Golfo de México. Al estar en una corriente circular, hemos identificado muchas especies endémicas y medido su distribución «.
Más lejos, le gusta mucho el archipiélago de Revillagigedo. «Se te acercan delfines y mantas gigantes para que los toques. Hasta los tiburones se acercan a ver qué eres. Es maravilloso comunicarse con animales tan grandes. Es un lugar impresionante».
Sueña con seguir viendo nuevos animales. Reconoce que tiene una larga lista de especies que aún no ha visto bajo el agua, como ballenas. «Me impresiona ver una especie que no he visto antes».